Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2012

La Peña

Además de mí, habían otras doncellas a la espera de un mocito que venga por ellas y las invite a ingresar al baile, porque sin pareja nadie entraba por vergüenza a ser mal vista. A lo lejos una de las muchachas (con mejor vista) visualiza a unos mozos que se acercaban a buen tranco. Todas nos arreglamos el pelo y nos miramos en el espejo rápidamente y nos retocamos, antes de que llegasen, lo mejor que pudimos. Por mi infortunio y culpa de mandinga, vi (al llegar) que uno de ellos, era ese reserito, husmeador, haragán que me espiaba por la tarde y cobardemente huyó, y cuando me di cuenta de ello, le pregunté qué buscaba. En esta ocasión me miraba con un gesto picaresco como si insinuara que entre nosotro’ había algo más, una atracción física y sentimental (dije con tono asqueroso). Ahí estaba él con su botas, lo mejor lustrada’ posible, aunque de tan gastadas, se notaba que las usaba todos los días, y mejor de lo que estaban no las pudo dejar. También tenía una bombacha co

Hojas en blanco

En el juego del amor y la seducción, nace la mentira. Una da mucho, la otra da poco. Aun estoy en el medio sin elección. En sus ojos me he encontrado. Más de una vez aluciné que estaba conmigo y era feliz. Con una flor no entregare mi alma pero me tendrá en sentimiento. Sin embargo herí a quien más quería. Reflexionando pude salir adelante, están comprensiva que entiende, aconseja para recordar que no fuimos y nunca seremos. El amor todo puede, sino el tiempo lo cura. El que nunca comprendió fui yo, siempre quiso ser mi amiga. ©Marcos A. Robledo   2013