Ayúdame también
A
Cecilia Gotusso
Comienzo en
estas breves líneas a comentar lo que siente una persona, que quiere pero no
puede ir al psicólogo por diversos motivos. Con lo cual recurre a desahogarse
de la forma más fácil y segura, -nadie se enterará- puede contar hasta el mínimo
de los detalles de su vida y nadie conocerá sus secretos atesorados en el fondo
del corazón. Aunque sabe que esta forma de desahogo, no le dará consejos, pero
si a alguien le interesa y cuenta la historia de su vida, podrá ayudar a muchos
otros que están pasando por lo mismo. Disculpen si al leer encuentran que la página
esta húmeda, solo es que al recordar esos momentos se le cayeron unas lágrimas.
Todo comenzó
yendo de compras con su madre, como lo realizaba habitualmente, pero un día en
particular, el sábado, -si ese maldito sábado que desearía borrar de su memoria
para siempre.- fue diferente a todos los
otros en que salía a pasear, a jugar con los amigos, iba de compras (como antes
mencionado), salir por fin a respirar un rato aire puro en la plaza. Este día
la cambio rotundamente, si saber porque desde adentro sentía que se le revolvía
todo, no recordaba ni siquiera como mover una pierna y luego la otra, y mucho
menos reconocía a las gentes. De a ratos sentía un terremoto, –interno pensaba-
que luego de producirse estos, sentía que era observada por todos aquellos que
estaban por sus alrededores. Durante varias semanas le ocurrió lo mismo, en distintos
lugares, lo que llamo su atención, que no era propicio del ambiente sino que la
que no se encontraba en óptimas condiciones para “el mundo exterior” era ella
misma. Con lo cual como una decisión presurosa pero la más factible y razonable
fue decidir no volver a salir de su hogar, como una princesa en un castillo
esperando que alguien la viniera a socorrer de ese mundo tan impune.
Por desgracia
terminó el verano, y ella con todos sus miedos y ataques, comenzó el ciclo
lectivo, por lo tanto tuvo que volver al colegio. Debió volver a enfrentarse
con ese temor que “había resuelto”. Ahora ir al colegio era aún peor, no solo
que sentía que esos ataques le podían agarrar en cualquier momento, sino que gracias
a ello, –con la mejor ironía posible- su vida se había vuelto sedentaria y no salía
por nada de la casa, y comenzó a solo comer, ya que no tenía otra cosa que
hacer en su hogar. Con lo cual se le dificultaba aún más ese trayecto
Casa-Colegio, Colegio- Casa. Lo único que se rescataba de esta situación, es
que le iba muy bien el colegio, pero luego de eso era una pesadilla la que
estaba viviendo internamente. Amén de esto cargaba con el peso del pasado, lo
que le ocurría en el colegio anterior, en donde los compañeros eran lo peor que
había sufrido, la insultaban, la discriminaban, le decían cosas horribles como
por ejemplo que era inservible o que se quedaría sola por siempre porque era
gorda, fea y que nadie la iba a poder querer así, estos no tenían limites,
incluso la maltrataban no solo verbal, sino que físicamente. Esta a pesar de
todo lo que debía soporta no le comentaba a nadie de su sufrimiento. Pasó
el tiempo y logró guardar en lo más oscuro de su memoria, aunque
recurrentemente, salían a la luz y le dolía muy en el alma recordarlo. Ese es
el motivo del temor al cambio, temía que le suceda lo mismo que en ese lugar.
Como antes mencionado,
cambio de colegio, también de ciclo, ahora era más madura y supuestamente los
compañeros también. Esperaba que los nuevos chicos sean amables, y que la
ayudaran a integrarse, ya que para esto nunca fue buena debido a su timidez.
Era de mañana,
hora de partir para el colegio, su madre la acompañaba unas cuadras, ya que
iban para el mismo lado, -ella al colegio y la madre a trabajar- con lo cual
todos los días lo realizaban. Las cuadras en que caminaba sola, se sentía como
muerta en vida, no miraba a sus alrededores, le daba igual si caminaba por el
desierto o por el Edén, no reconocía, solo pensaba que cada vez le faltaba mas
por llegar a destino, porque se fatigaba, sentía que tenía los pies amarrados a
una piedra pesada, que tenía un grillete. Pero esto es una pequeña parte de lo
que sufrió, lo mas hiriente para ella aún no comenzaba. Los daños físicos, iban
y venían pero los del alma difícilmente se van y según quien te los haga.
Al
llegar, fatigada, cansada y estresada, entraba como una más – al menos eso
pensaba.- Los compañeros la trataban igual de desagradable que los anteriores,
la miraban con desprecio, le criticaban el habla, los gestos y movimientos. No podía
ser como a ella le gustaría porque tenía mucho miedo de hacer cualquier cosa porque
era objeto de burla y de risas. En los recreos se quedaba sola dentro del aula,
sufriendo y pensando porque le tenía que pasar eso a ella, no solo una vez sino
que se volvía a repetir en otro ámbito. Solo un grupo de chicos, que no se fijaban
en esos detalles sino que veían el gran corazón que tenia, la trataban
indistintamente, es mas podían llegar a ser grandes amigos; gracias a ellos se sentía
bien, aunque sea por un instante. Luego sonaba esa maldita campana y volvía a
ese calvario en donde era discriminada por todos. Estos años fueron los que más
la marcaron, le dolieron mucho. Además de sufrir perdidas de gente muy
importante y le enseñaban mucho en su
vida. Por lo que al regresar del colegio no aguantaba toda esa carga negativa
que la acosaba, lo único que hacia era llorar y llorar en su habitación,
deseando ser invisible y que nadie se entere del calvario que estaba viviendo.
Ni hablar de los trabajos en grupo, ya que era muy difícil ubicarse en algo que
se sienta cómoda, y más aún peor cuando había que exponer, se sentía presa fácil
de todos, esos ojos que la observaban y seguro esperaban el error o buscaban un
pretexto para burlarse. En especial una vez que
tuvo que pasar al frente y volvió a sentir esa sensación que sintió
aquella vez, cuando estaba con la madre, que empezaba a marearse y a temblarle
el cuerpo, las palabras no le salían, la garganta se le tapaba, todo producto
de fobias, los reiterados ataques de pánico y la ansiedad generada por la situación,
que le carcomía la cabeza por el ¿Que dirán?
Van
más de cinco tediosos años y los síntomas aún persisten, no se quieren ir, “tal
vez debería aprender a convivir con ellos”, pensaba. Estos ahora eran más
fuertes y frecuentes, denigrando y degradando la integridad de ella. Aún no
logramos entender como sucedió esto, suponemos que fue por una emoción muy
fuerte que se guardo para si y no supo canalizarla, “¿por que a mi?” varias
veces la he oído decir. Muchas veces decidió bajar los brazos y parar con esta
lucha sin sentido, pero algo le daba fuerzas desde adentro a que siguiera adelante
y no renunciara a eso que anhelaba
tanto. Pero sola no iba a poder necesitaba ayuda terapéutica, yoga, un
psicólogo, alguien con quien descargarse que no la conociera, porque es mas
fácil contarle los mínimos detalles a alguien desconocido y mejor si esta
persona te da un consejo que sirva para la vida.
Por
suerte o casualidad, aún que las casualidades no existen, sino las causalidades,
en el camino conoció a una persona que padecía lo mismo y la pudo ayudar mucho,
dándole consejos y enseñándole que es lo que ella hacia en esas situaciones. Lo
que la lleno de alegría y por primera vez se sentía acompañada en ese camino.
Hoy
en día no puedo dudar que esa niña que me pidió socorro a los gritos, no era
ella, sino que yo la necesitaba y no sabía como pedirla. Ahora se que no depende
de otras personas soy yo la que debe tener la iniciativa de llevar una actitud
positiva frente a la vida, no se si lograré ese gran sueño mió, pero esa niña
me enseño muchísimo y las cosas se logran no solo si lo anhelas, también esforzándose.
Se que ahora no pero más adelante, cuando tenga unos años más y re lea esto, se
que voy a estar bien y nuevamente seré
feliz y disfrutando de cada sueño y meta que me
proponga en la vida. En el futuro me servirá para saber que no sirve
estar mal y triste en fin, la vida es demasiado corta y necesita ser vivida.
©Marcos A. Robledo 2013
Muy emotivo! No puedo evitar conmoverme! Me gustaría leer más acerca de Cecilia.
ResponderEliminarMe gustaria, que al firmar anonimamente, pongan su nombre asi se por lo menos de quien se trata!!
ResponderEliminarQue lindo esto Marcos!!!
ResponderEliminarEs lamentable en ciertas formas... me sentí muy tocada. Te mando un beso enorme. Nos estamos leyendo! :D
Me encanto gracias x hacer de mi historia un emocionante relato ..
ResponderEliminarGracias por confiar en mi y compartir tu historia
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