Así bajó de la montaña



I
Así fue que bajó de la montaña, nadie se acordaba de él, salvo y excepto Theodorov, que lo recordaba como fiel compañero, se podría decir casi amigo. Se criaron juntos, solían jugar, estudiar, salir a jugar e incluso ir juntos a clases de catequesis. Era una de las personas, a la que mayor respeto le tenía, en cuanto y en tanto a conocimiento se refiriera. Luego, unos años después, como todos en la adolescencia, se empezaron a distanciar, físicamente nada más, el contacto como podían lo mantenían, aunque cada vez menos frecuente. Él abocado a “su” filosofía, y Theodorov, que prefería más la abstracción, o sea las matemáticas, que a él le costaban horrores. Por eso decidió estudiar a los hombres y trataba de enseñarles a vivir, ya sea mediante un consejo, consejos indirectos, parábolas o mediante paráfrasis.
No hace mucho, tan solo cuarenta días, que ese viejo, sucio y barbudo, que sólo dice incoherencias decidió partir a la montaña, -sin llevar nada material - para abstraerse de lo mundano y poder conectarse a su “yo” interno.
No fue tan así como pensó, o al menos lo que esperaba cuando le contó lo que haría, por lo cual fue objeto su realización. Esperaba el regreso de un ser más espiritual y no tan racional. Entre sus primeras enseñanzas, dichas en la plaza pública (como aquellos predicadores o falsos predicadores) dijo cosas como -“¿Qué es el mono para el hombre? Una irrisión o una vergüenza, y justamente eso es el hombre para el superhombre; ¿No es nuestra alma acaso pobreza y suciedad, y un lamentable bienestar?[1]”- Al oír esto, de inmediato se acercó a hablarle, y decirle que estaba diciendo atrocidades, que enloqueció en la montaña, que en realidad nunca debería haber bajado si iba a hacer comentarios tan inoportunos. Es más, qué era eso del superhombre, desde cuándo alguien puede pensar que es más que Dios, aunque los médicos y los científicos jueguen a serlo. A lo que le respondió “No soy boca para estos oídos.[2]” No entendió ni medio de lo que quiso decir, pensaba que el estar aislado y sólo, con esos pensamientos tan extravagantes que tenía, logró enloquecer. Zaratustra se percató de esto, y dijo algo así: “¡Que importa mi felicidad! Es pobreza y suciedad y un lamentable bienestar. ¡Sin embargo, mi felicidad debería justificar incluso la existencia![3]
En definitiva, Theodorov le dijo: “Zaratustra, realizaste tu objetivo; lograste enloquecer, y que mucha gente crea en tus palabras para desatinar a la fe y despreciar al hombre porque lo utilizas como medio a ser observado.” -Mientras Theodorov decía esto- Zaratustra seguía con su discurso hacia el resto de la gente que estaba reunida oyéndolo, y continuó con su discurso machista y rebajando aún más y más al hombre. En esta ocasión dijo palabras como ser, que las mujeres deben ser tratadas como lo que son, y si hay algún desvío que les den látigo, ya que estas son dóciles en momentos de intimidad, pero en cuanto puedan mostrarán los colmillos.
Zaratustra, debes dejar de ser tan escéptico, agnóstico y machista, ya pasó la época del macho dominante. Si lo hubieras dicho en el siglo XVII, XVIII sería bien aceptado pero pegarles con un látigo, es tratarlas como animales que se deben domar, es como azotar a un caballo o una marrana desobediente. No es así, las mujeres sienten y piensan, también. No puedes ser así; No son palabras mías me las han dicho, incluso fue una señora la que me las ha dicho; Entonces no puedes repetirlas si no es así como piensas. La mujer es más que un pedazo de carne, que sólo sirve para el sexo o para procrear. Es más, a mí parecer, tienen más sentimientos que los hombres, al menos, muchísimos más que tú. Tú piensas que estas transmitiendo un sentimiento, que les hará purificar sus almas, y tan solo estás comunicando un pensamiento, únicamente abstracto. Pensando, que con aquello se ganarán el cielo, como con aquella frase que resume lo que intento decir, "La gente que da limosnas…Solamente se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada, su tranquilidad espiritual y su título de generoso."[4] Y lo que causas en ellos realmente, es la muerte espiritual, y les generas un conflicto interno a aquellos que te oyen y que seguramente te seguirán. Estas creando una “religión” basada en nada, llamada el “Superhombre”, en otras palabras sería una especie de religión metodista, en la cual tú serías el líder, en la cual ofreces algo que uno puede llegar a adquirir, “el conocimiento” que es más inmediato que aquello que llaman “vida eterna”, siempre limitándote a que en ésta solo pueden participar los hombres, o si hay alguna mujer pertenece a un plano inferior, y no puede gozar plenamente del mismo conocimiento adquirido por los hombres.
Está bien que haya mayor libertad de expresión, y no te juzgan por calumniar libremente, pero debes tener cuidado. Las personas son muy frágiles y toman todo al pie de la letra, y si son muy fanáticos darían la vida por tí.
Yo, Theodorov, no busco seguidores sino tan sólo ampliar la mente de los seres humanos, para así poder llegar al superhombre que tanto anhelo. El superhombre, no es más que aquel hombre que logre conectar su mente con su espíritu, y comprobar con aquello, las justificaciones necesarias para satisfacer sus carencias; “Los hombres al tener miedo de ser inferiores tratan de demostrar todo.”[5]¡Con lo cual al decir esto que dijiste, no pones en evidencia más que tus carencias y debilidades!- le dijo, Theodorov, en tono bastante alto pero él hizo caso omiso y siguió con su discurso;  No se crean, simplemente un cuento creado hace millones de años. En el mundo hay muchas verdades que no fueron comunicadas. La mente es un caudal inmenso, se la podría asemejar con un océano, infinidades de cosas hay dentro de ella, necesitaríamos miles de vidas para poder conocer todas y cada una de las cosas que hay dentro. Lo que vengo a hacer yo, Theodorov, es únicamente facilitárselas, ya que estoy en un grado más elevado que ellos. Y ya que has mencionado el tema de la religión ¿No crees que ella, también se base en nada? Son simplemente hechos que jamás se podrán corroborar, simplemente se resuelven diciendo que se debe tenerse Fe, y que no se debe cuestionar. ¡Tú, Zaratustra, fallas porque no tienes Fe! A tu saber, las pruebas han matado mucha más gente que en nombre de la religión, en épocas de Lutero, se han matado muchas personas en nombre de Dios, pero con Hitler se persiguió y se mató más gente de religión, incluso se “creó” el antisemitismo. Por lo tanto, no puedes comparar, y si quieres hechos ahí tienes uno. Los judíos eran perseguidos porque tenían y sabían lo que era la libertad, lo bueno y lo verdadero.
Rectifico no hay peor ciego que el que no quiere ver, si tú crees todo lo que te dicen, que dijo uno, que le contó otro, que le dijo que le pareció oír, y así sucesivamente, es tu problema el no poner nada en tela de juicio, gracias a ello perderás el juicio por querer formar parte de una determinada clase.
Para concluir lo que te quería hacer entender Theodorov, te lo resumiré en la siguiente simple frase: “Todos quieren lo mismo, todos son iguales: Quien tiene sentimientos distintos marcha voluntariamente al manicomio.”[6]
En eso que estaban discutiendo, un pueblerino pasa diciendo, uno católico ortodoxo y el otro muy liberal. El liberal decía que "él había pensado más que otros hombres, poseía en asuntos de espiritualidad aquella serena objetividad, aquella segura reflexión y sabiduría que sólo tienen aquellas personas verdaderamente espirituales, a las que falta toda ambición y nunca desean brillar, ni convencer a los demás, ni siquiera tener razón"[7], no pareciera que se hayan criado juntos y que jamás llegarían a un entendimiento, porque ya por naturaleza no se entenderían.
Zaratustra había oído lo que decía este pueblerino, con lo cual le propuso a Theodorov, que lo siga en su camino, y así podrá aprender valiosas lecciones y conocer otra realidad, tal vez no le sean fieles a sus valores, pero que algo aprenderá, sea bueno o malo, coincida o no con los valores que él posee. Que no sólo él aprenderá algo, sino que ambos se enriquecerán, ya sea por falta de conocimiento, por llevarse la contra o simplemente por el hecho de defender sus ideales. Theodorov, quedó muy convencido con estas últimas palabras “que sería algo beneficioso para ambos” (repetía dentro de su cabeza). Así que, Theodorov aceptó pero “se limitó a mirarlo en silencio, con una mirada que no pertenece a la tierra, una mirada como deben tener los ángeles que lloran sobre los pecados de los hombres, pero no los condenan.”[8] Y comprendió que sería muy grata la compañía de él. No solo por ser un ser que apreciaba mucho desde la infancia, sino porque posee una muy enriquecedora alma. “El querer hace libres: pues querer es crear: así enseño yo. ¡Y sólo para crear debéis aprender!”[9], dijo Zaratustra. Así partieron en un mismo camino.


[1] “Así habló  Zaratustra”, Prólogo III- Nietzsche
[2]  Ibíd.
[3] “Así habló  Zaratustra”, Prólogo V- Nietzsche
[4] “El Túnel”- Sábato
[5] “Mis poemas”- AmRe
[6] “Así habló  Zaratustra”, Prólogo III- Nietzsche
[7] “El lobo estepario”- H. Hesse
[8] "Crimen y castigo"- Dostoievski
[9] “Así habló  Zaratustra”, De las tablas viejas y nuevas, XVI- Nietzsche


©Marcos A. Robledo 2014

Comentarios

  1. muy bueno esto que escribiste, me parece muy original :D

    pd: si te digo ¿me hacés la monografía te das cuenta quien soy? jaja

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  2. MUY BUENO CHE....TENES FUTURO...!!! TODO UN FUTURO POR DELANTE...CUANTO MAS ESCRIBA MEJOR LO HARAS....LA VERDAD PERO LA VERDAD NO PUEDO HACER CRITICA, ME PARECE QUE TIENE LA SUSTANCIA NECESARIA PARA EMPEZAR UNA NOVELA QUE RELACIONE EL PASADO CON EL PRESENTE Y EL FUTURO....UN PROYECTO PARA QUE LO PIENSES VOS PODES HACERLO!!!!!! DALE
    PARA MI SERA UN GRAN PLACER SENTIR QUE HE CONOCIDO A UN AUTOR DE TAL MAGNITUD....ABRAZO...Y A TRABAJAR....Héctor (Un compañero de literatura)

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    1. Muchas gracias Hector. Paso mucho tiempo pero acá estoy. Te comento que este texto forma parte de un libro que publique este año

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