Souvenir
Hace tres días
nomás, que éramos un imperio, primero dentro de una caja,luego de unos días,
nos sacaron de ahí. Aun estábamos todos juntos, inseparables, idénticos unos a
otros, como si fuéramos hechos en masa, en realidad así parecíamos porque además
de ser iguales, pensábamos todos igual.
Por desgracia
un día fuimos liberados todos, eso no fue lo malo, lo que sí fue maloes que nos
separaron y cada uno se fue con una persona diferente, metido adentro de un
bolso, una cartera o un bolsillo.
Una fuerza
extraña, un campo de fuerza me impide salir. Estoy acá y ellos quien sabe donde
estarán. Rara vez uno que otro se acercaba a mirarme, y más raro era que me
dejaran respirar aire puro. Un día me decidí a
mirar a mis alrededores y no me encontraba sólo, habían muchos más en
las mismas condiciones que las mías. Era muy extraño aquel mundo nuevo, estaba
en el polo norte, habían osos polares, o también podía ser el polo sur, porque habían
pingüinos, ambos con inscripciones en la panza; una iglesia, que por lo visto
eran cristianos; un bebé durmiendo a su lado, pero este no era pequeño, sino
que era gigante, ambos tenían el mismo tamaño y muy desabrigado, si realmente estábamos en algún polo; también
dentro del lugar habían muchos campos de fuerza de distintos colores y tamaños,
pretendía huir y estos no me lo permitían, yo
deseaba volver a reunirme con mi imperio, ser feliz nuevamente y
conquistar estos nuevos mundos.
Un tiempo
después, de tantos tediosos días, alguien dejó desactivado el campo de fuerza
mayor y fue así que huí. Al salir me encontré que estaba en una selva, una
horrible selva, parecía de macramé, de goma eva. Pequeñas (en comparación a esas
personas que venían a verme) cuasi personas, orejonas, con sombreros largos,
algunos desnudos, otros con palos pero todos con sonrisas malévolas, arriba de
masetas o colgados de palos largos. Fue así como al verlos, me arrepentí de mi
huida y volví a mi sitio, y no volver a tratar de huir, sin antes volver a construir
un imperio con los nuevos adeptos que se encontraban en las mismas condiciones.
©Marcos A. Robledo 2013
©Marcos A. Robledo 2013
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