Comunicación Ineficaz
Se encuentran en la calle, yendo a hacer unos tramites dos cuñados y se ponen a hablar un rato, lo más que podían hacerlo en esos escasos minutos acerca del safari que se ganó Julián el mes pasado.
Agustín: ¿Cómo va tanto tiempo?
Julián: Bien, volviendo a la rutina como verás.
Agustín: Y ¿cómo te fue en África?
Julián: ¡No, no, no, es increíble! No te das la menor idea ¡África es increíble! (Muy efusivo y emocionado). No solo lo digo por la pobreza que hay en el continente, sino que es un pulmón, más que pulmón un cuerpo entero, jajaja. Además, lo digo por los animales que hay, ellos gobiernan más que las personas. ¡Buah y de los mosquitos ni hablemos! No te dejan ni dormir, le ponen esas cosas de tul a las camas para que no te molesten, ni te piquen porque si lo hacen te desangran, jajaja. Una noche me olvidé de ponerlo bien y a los 3 minutos me tuve que levantar a acomodarlo y de ahí en mas del cagazo que tenía de que esté mal puesto, lo revisaba como 10 veces antes de dormir (preocupado y exagerando).
Agustín: Pero ¿Por qué decís eso?
Julián: Dejá que te cuente, che. Viste que gané uno de esos tours, en el sorteo que hizo la empresa. Bueno, fui y después pensaba ir por mí cuenta a recorrer porque estos del turismo te llevan por donde les conviene. ¡¡No!! Para deja que te cuente, no interrumpas y si queda tiempo me preguntas. Porque sino no te llego a decir nada de nada y menos vas a entender.
Agustín: ¡Dale! Seguí contando y deja de irte por las ramas que me cagas a pedo y te olvidas de lo que importa (desganado y molesto).
Julián: ¡Bueno che, no te sulfures! El jeep pasó por el hotel, no se como decirle a eso porque son como casitas en el árbol de esas que hacíamos de chicos, fue como volver a la niñez, jajaja. En fin, pasó a las 7.00 am que por el sol que había parecía el mediodía. Una de las condiciones para hacer el tour era llevar 1 lt de agua mineral ¡No te das una idea de lo caro que esta el agua! Me salió 2.50 u$s. Y por otro lado, llevar un gorro humedecido de antemano.
Agustín: Hiciste todo este preámbulo, que no anticipaste nada y te molesta que te interrumpa dos segundos. Si fueras menos detallista creo que podría entender mejor y esta charla duraría menos (sarcástico y entre dientes).
(Como si no hubiese escuchado nada, continuó)
Julián: Arrancamos como a 50 km/hs, parecía que íbamos a esa velocidad. El guía decía que no podíamos ir más rápido porque los animales escuchaban los motores, por más que estemos en la ciudad, escuchan el movimiento por mínimo que fuese y se alteran ¿Sabes qué?
Agustín: ¿Qué? ¿Se les quedó el auto a mitad de viaje?
Julián: Callate y dejá de decir payasadas. ¡Tenía razón el guía, hicimos un poquito de ruido en el medio de la sabana! Y…
Agustín (Interrumpe): Pero estabas en África o en un telo, jajaja.
Julián: Dejá de decir cualquiera, me sacás el tiempo que no tengo (ya cansado de esos chistes).
Agustín: Pero te lo hago para que veas que decís que no tenés tiempo y me estás dando detalles de cómo iba el auto que me los podrías dar en otro momento, con más tiempo. Si tenés fotos o vídeos es mejor, acompañarían el bello relato que traes en boca y mente.
Julián: ¡Bueno, bueno! (lamentándose). Perdón es que me emociona el relato. Y para empezar no era un auto, era un jeep. (Agustín lo mira irónico) Bueno, sigo. Debido al ruido, a unos 100 mts apareció un león que se puso a rugir en dirección al jeep. Todos nos quedamos helados. El guía dijo no pasa nada, que solo evitemos respirar y se reía. Fue entonces que (piií pí pí)... Te dejo, te dejo que se me hace re tarde (Julián se fue sin siquiera despedirse como debería).
Cuando quieran manden un sms o llamen y arreglamos así venís a comer con Kimberly y vemos las fotos y les doy sus recuerditos.
(Julián ya alejado. Agustín queda sólo hablando)
Agustín: Bueno, gracias por dejarme despedir a mí también. La verdad que aprecié mucho haberte visto, le va a gustar mucho tu hermana saber de vos. Nos morimos de ganas por ver la millonada de fotos que habrás traído (irónicamente). Otro día con más tiempo seguro podrás contarlo bien. Te llamamos a ver si podemos verte este fin de semana, así no te agarramos cansado de contar siempre la misma historia. Chau, chau cuidate. Un beso a la familia también.
…
A la tarde- noche cuando Agustín llegó a la casa, le cuenta a Kimberly, su esposa, que había visto a su hermano en el centro. También hacia unos trámites y mientras esperaban que avance la fila le contaba sus anécdotas del viaje a África.
Agustín: De casualidad estaba esperando y aparece de golpe Julián. Te digo si lo ves ahora es otra persona, esta flaco y re negro.
Kimberly: ¿De salud cómo lo viste? Porque mamá cada vez que hablaba con él presentía que estaba mal.
Agustín: La verdad que no soy tan perceptivo. Lo que si no para de hablar ni para respirar, jajaja. Se ve que allá no podía hablar con nadie porque no entendían el idioma, jajaja.
Kimberly: Bueno, no pregunto por eso entonces. ¿Que te contó?
Agustín: La verdad que mucho tiempo no tuvimos de hablar. Me contó una anécdota de su safari a grandes rasgos, obvio. Lo pasaron a buscar por el hotel, no era un hotel de lujo pero la pasó muy bien según contó. En medio de la travesía, se le abalanzaron unos leones que casi le dan vuelta el jeep, me resaltó mucho que era un jeep y no un auto.
Kimberly (interrumpe muy preocupada): ¿Y no fuiste capaz de interrumpirlo para entrar más en detalle?
Agustín: No, porque a cada irrupción que hacia me cagaba a pedo. Así que mejor no le preguntaba nada más. ¡Bueno! Casi los dejan varados los leones, para colmo la lluvia que había no los ayudaba en nada.
Kimberly (histéricamente): ¿Qué? No fueron capaces de suspender un safari por la lluvia. Primero que no lo disfrutas nada y segundo que es peligroso, mira si se les quedaba “el jeep” en el barro ¿Quién iba a bajar a empujarlo?
Agustín: ¡No se mi vida! No soy el organizador, demos gracias que está sano y salvo.
Kimberly: Mamá tenía razón en preocuparse. ¿Cómo no fuiste capaz de no preguntar por más detalles? (Sigue histérica).
Agustín: Sabes que si no me cuentan no pregunto. Me cuentan hasta donde piensan que consideran importante contar, si no lo hacen es por algo.
Kimberly: Pero era algo importante, podrías haber mostrado un poco mas de interés.
Agustín: ¡Aaah! Si, si. Me contó que tenían unas botellas, pero no me acuerdo que hicieron. Ya me voy a acordar y te digo. ¡Ah! También nos invitó a ir a la casa a cenar y ver todo lo que trajo de allá, fotos, videos, recuerdos. Así que quedate tranquila que en unos días podes preguntarle todo lo que quieras.
(Pasaron 2 minutos y llamó a la madre)
Kimberly: ¡Si, mamá! Tenías razón a Julián le pasaba algo, tus premoniciones eran acertadas… No, para no me interrumpas. Hoy se lo encontró Agustín, aunque mucho no te puedo contar porque viste que no es de preguntar casi nada. ¡Si mamá! Yo le dije lo mismo (con voz de cansada), esperá y escuchame. ¡No! No te reto pero es que no tengo mucho para decir porque lo vio menos de 10 minutos. Julián contó que en el safari que hizo tres leones atacaron el jeep y para correrlos les tiraron con unas botellas que de suerte tenían encima, hasta que el cuidador que iba con ellos pudiera dispararles dardos tranquilizantes. Pero bueno, eso es todo lo que Agustín me pudo contar, igualmente este fin de semana vamos a almorzar con él. Eso era todo el chusmerio que te quería contar má, un besito y que anden todos bien.
©Marcos A. Robledo2014
Agustín: ¿Cómo va tanto tiempo?
Julián: Bien, volviendo a la rutina como verás.
Agustín: Y ¿cómo te fue en África?
Julián: ¡No, no, no, es increíble! No te das la menor idea ¡África es increíble! (Muy efusivo y emocionado). No solo lo digo por la pobreza que hay en el continente, sino que es un pulmón, más que pulmón un cuerpo entero, jajaja. Además, lo digo por los animales que hay, ellos gobiernan más que las personas. ¡Buah y de los mosquitos ni hablemos! No te dejan ni dormir, le ponen esas cosas de tul a las camas para que no te molesten, ni te piquen porque si lo hacen te desangran, jajaja. Una noche me olvidé de ponerlo bien y a los 3 minutos me tuve que levantar a acomodarlo y de ahí en mas del cagazo que tenía de que esté mal puesto, lo revisaba como 10 veces antes de dormir (preocupado y exagerando).
Agustín: Pero ¿Por qué decís eso?
Julián: Dejá que te cuente, che. Viste que gané uno de esos tours, en el sorteo que hizo la empresa. Bueno, fui y después pensaba ir por mí cuenta a recorrer porque estos del turismo te llevan por donde les conviene. ¡¡No!! Para deja que te cuente, no interrumpas y si queda tiempo me preguntas. Porque sino no te llego a decir nada de nada y menos vas a entender.
Agustín: ¡Dale! Seguí contando y deja de irte por las ramas que me cagas a pedo y te olvidas de lo que importa (desganado y molesto).
Julián: ¡Bueno che, no te sulfures! El jeep pasó por el hotel, no se como decirle a eso porque son como casitas en el árbol de esas que hacíamos de chicos, fue como volver a la niñez, jajaja. En fin, pasó a las 7.00 am que por el sol que había parecía el mediodía. Una de las condiciones para hacer el tour era llevar 1 lt de agua mineral ¡No te das una idea de lo caro que esta el agua! Me salió 2.50 u$s. Y por otro lado, llevar un gorro humedecido de antemano.
Agustín: Hiciste todo este preámbulo, que no anticipaste nada y te molesta que te interrumpa dos segundos. Si fueras menos detallista creo que podría entender mejor y esta charla duraría menos (sarcástico y entre dientes).
(Como si no hubiese escuchado nada, continuó)
Julián: Arrancamos como a 50 km/hs, parecía que íbamos a esa velocidad. El guía decía que no podíamos ir más rápido porque los animales escuchaban los motores, por más que estemos en la ciudad, escuchan el movimiento por mínimo que fuese y se alteran ¿Sabes qué?
Agustín: ¿Qué? ¿Se les quedó el auto a mitad de viaje?
Julián: Callate y dejá de decir payasadas. ¡Tenía razón el guía, hicimos un poquito de ruido en el medio de la sabana! Y…
Agustín (Interrumpe): Pero estabas en África o en un telo, jajaja.
Julián: Dejá de decir cualquiera, me sacás el tiempo que no tengo (ya cansado de esos chistes).
Agustín: Pero te lo hago para que veas que decís que no tenés tiempo y me estás dando detalles de cómo iba el auto que me los podrías dar en otro momento, con más tiempo. Si tenés fotos o vídeos es mejor, acompañarían el bello relato que traes en boca y mente.
Julián: ¡Bueno, bueno! (lamentándose). Perdón es que me emociona el relato. Y para empezar no era un auto, era un jeep. (Agustín lo mira irónico) Bueno, sigo. Debido al ruido, a unos 100 mts apareció un león que se puso a rugir en dirección al jeep. Todos nos quedamos helados. El guía dijo no pasa nada, que solo evitemos respirar y se reía. Fue entonces que (piií pí pí)... Te dejo, te dejo que se me hace re tarde (Julián se fue sin siquiera despedirse como debería).
Cuando quieran manden un sms o llamen y arreglamos así venís a comer con Kimberly y vemos las fotos y les doy sus recuerditos.
(Julián ya alejado. Agustín queda sólo hablando)
Agustín: Bueno, gracias por dejarme despedir a mí también. La verdad que aprecié mucho haberte visto, le va a gustar mucho tu hermana saber de vos. Nos morimos de ganas por ver la millonada de fotos que habrás traído (irónicamente). Otro día con más tiempo seguro podrás contarlo bien. Te llamamos a ver si podemos verte este fin de semana, así no te agarramos cansado de contar siempre la misma historia. Chau, chau cuidate. Un beso a la familia también.
…
A la tarde- noche cuando Agustín llegó a la casa, le cuenta a Kimberly, su esposa, que había visto a su hermano en el centro. También hacia unos trámites y mientras esperaban que avance la fila le contaba sus anécdotas del viaje a África.
Agustín: De casualidad estaba esperando y aparece de golpe Julián. Te digo si lo ves ahora es otra persona, esta flaco y re negro.
Kimberly: ¿De salud cómo lo viste? Porque mamá cada vez que hablaba con él presentía que estaba mal.
Agustín: La verdad que no soy tan perceptivo. Lo que si no para de hablar ni para respirar, jajaja. Se ve que allá no podía hablar con nadie porque no entendían el idioma, jajaja.
Kimberly: Bueno, no pregunto por eso entonces. ¿Que te contó?
Agustín: La verdad que mucho tiempo no tuvimos de hablar. Me contó una anécdota de su safari a grandes rasgos, obvio. Lo pasaron a buscar por el hotel, no era un hotel de lujo pero la pasó muy bien según contó. En medio de la travesía, se le abalanzaron unos leones que casi le dan vuelta el jeep, me resaltó mucho que era un jeep y no un auto.
Kimberly (interrumpe muy preocupada): ¿Y no fuiste capaz de interrumpirlo para entrar más en detalle?
Agustín: No, porque a cada irrupción que hacia me cagaba a pedo. Así que mejor no le preguntaba nada más. ¡Bueno! Casi los dejan varados los leones, para colmo la lluvia que había no los ayudaba en nada.
Kimberly (histéricamente): ¿Qué? No fueron capaces de suspender un safari por la lluvia. Primero que no lo disfrutas nada y segundo que es peligroso, mira si se les quedaba “el jeep” en el barro ¿Quién iba a bajar a empujarlo?
Agustín: ¡No se mi vida! No soy el organizador, demos gracias que está sano y salvo.
Kimberly: Mamá tenía razón en preocuparse. ¿Cómo no fuiste capaz de no preguntar por más detalles? (Sigue histérica).
Agustín: Sabes que si no me cuentan no pregunto. Me cuentan hasta donde piensan que consideran importante contar, si no lo hacen es por algo.
Kimberly: Pero era algo importante, podrías haber mostrado un poco mas de interés.
Agustín: ¡Aaah! Si, si. Me contó que tenían unas botellas, pero no me acuerdo que hicieron. Ya me voy a acordar y te digo. ¡Ah! También nos invitó a ir a la casa a cenar y ver todo lo que trajo de allá, fotos, videos, recuerdos. Así que quedate tranquila que en unos días podes preguntarle todo lo que quieras.
(Pasaron 2 minutos y llamó a la madre)
Kimberly: ¡Si, mamá! Tenías razón a Julián le pasaba algo, tus premoniciones eran acertadas… No, para no me interrumpas. Hoy se lo encontró Agustín, aunque mucho no te puedo contar porque viste que no es de preguntar casi nada. ¡Si mamá! Yo le dije lo mismo (con voz de cansada), esperá y escuchame. ¡No! No te reto pero es que no tengo mucho para decir porque lo vio menos de 10 minutos. Julián contó que en el safari que hizo tres leones atacaron el jeep y para correrlos les tiraron con unas botellas que de suerte tenían encima, hasta que el cuidador que iba con ellos pudiera dispararles dardos tranquilizantes. Pero bueno, eso es todo lo que Agustín me pudo contar, igualmente este fin de semana vamos a almorzar con él. Eso era todo el chusmerio que te quería contar má, un besito y que anden todos bien.
©Marcos A. Robledo2014
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