Mi soledad
Estaba solo y con todos, encerrado en mi mismo, como si estuviera en un frasco con la tapa abierta pero negado a salir. Estaba triste, sí es verdad, no lo niego, para colmo el día tampoco me ayudaba. Afuera hacía frío y adentro nevaba. Pero reuní fuerzas y abrigo y decidí salir, con mis mejores amigos, al mundo. Soledad, la única que viene cuando todos se van, la única con la que puedo llorar, quien no me hace ni un reproche, deja que me desahogue; soledad sé que por un tiempo me aleje de ti y rompí la promesa de no ser infeliz. No niego todo lo que costó ese pasado oscuro, pero hoy encuentro motivos para salir a la vida y ser más sociable (con quiénes me alentaban a seguir, a salir de mi mismo, con esos seres que todo lo ven fácil, y te dan la fuerza para seguir para salir de esta soledad acompañada que cada vez me ahogaba más y más). Estaba solo y en compañía, y eso es más triste que vivir en soledad.
La soledad en compañía no se la deseo a nadie, no es algo que se busque, no es algo que te impone la vida es algo que se impone dentro de ti. Pero ahora, estoy seguro que quiero y disfrutar de verdad de todo lo que me ofrece. Mi pasado me persigue, soy consciente de ello, pero es algo que no puedo cambiar, solo llevarlo conmigo como un lastre al que tendré que hacer frente en algún momento de mi vida y creo que ese momento ha llegado.
Una persona puede estar con mucha gente alrededor, pero mientras esté en su burbuja y se niegue a dejar que el umbral que él mismo pone, no podrá descubrir que en este mundo, no existe la soledad cuando tenemos amigos, amigos de verdad.
Esos amigos virtuales que acompañan sin estar, que hicieron de la soledad un aposento de dicha; muy confiado decidí volver y calentarme. Bien abrigados, salimos todos y fuimos a una pista sobre hielo. Todos comenzamos a agarrarnos de las manos e hicimos una gran ronda, hicimos de todo y solamente disfrute de ese momento único, tan maravilloso que me olvide del frasco (salí adelante no me rendí. Tuve un buen ejemplo y también tendré uno bueno para mis hijos, uno de perseverancia. Muchas veces uno decide renunciar a todo y tomar el camino fácil, pero al final dejamos de aprender de los errores que nos hacen ser mejores que antes). Resonaron en mi mente esas palabras que me dijeron una vez: "Oblicuamente, se me iban deslizando las palabras. Buscaba con la mirada algún gesto que denotara un atisbo de aprobación o mera atención. De a ratos todos hablaban al mismo tiempo, en una multiplicidad de monólogos simultáneos que terminaban siendo un barullo monocorde y en el que, de vez en cuando, resaltaba alguna que otra estridencia. Entonces cerré mis oídos y enmudecí." Me siento agradecida por haber estado en "ese lugar" al que ahora llamo "el frasco de la reflexión y la oportunidad." Gracias porque tuve un espacio de soledad en el cual me encontré conmigo mismo.
Ahora, sin lágrimas en los ojos, afuera del frasco y mirar todas las personas extraordinarias y hermosas que están a mi lado y que en realidad siempre han estado.
La soledad y su fría compañía fue lo que me mostró quienes somos realmente, ya que gracias a eso pudimos conocer a nuestros grandes amigos, aquí, sobre el hielo frío y quebradizo. Tenemos la confianza en que no se quebrará esto que tenemos, la confianza de los otros, de saber que conocimos a los adecuados por que nos conocemos a nosotros mismos.
Por mucho tiempo me he sentido en un frasco pero mi tapa si estaba cerrada, o eso creía. No era libre de elegir, me llevo varias vidas entenderlo. Trate de verlo de diferente manera ahora veo que esa tapadera son mi familia mi compañía y que muchas veces por mi seguridad y por amor han estado ahí a mi lado, ahora respiro decido de vez en cuando, sigo tomando dediciones siempre pensando el ellos pero ya no me sofocan los amo solo tengo que tenerles paciencia.
Ese mundo al cual tenía abandonado, recobrar en compañía esa delicia de compartir una taza de café, una bebida y esas largas horas que suelen esfumarse cuando se disfruta la compañía. Sí, tal vez suene simple, pero significa tanto. En un mundo cerrado, donde se puede salir (si encuentras la salida). ¿Por qué siempre tengo las mismas preguntas sin respuesta, y respuestas a preguntas que nunca nadie hará? Así, lamentablemente, así soy yo; humilde y rebuscado, vanidoso y simple, concreto y abstracto, clásico y vanguardia. ¿Así quién me comprenderá? Solo mis únicos amigos, mi mente y conciencia.
©Marcos A. Robledo2013
La soledad en compañía no se la deseo a nadie, no es algo que se busque, no es algo que te impone la vida es algo que se impone dentro de ti. Pero ahora, estoy seguro que quiero y disfrutar de verdad de todo lo que me ofrece. Mi pasado me persigue, soy consciente de ello, pero es algo que no puedo cambiar, solo llevarlo conmigo como un lastre al que tendré que hacer frente en algún momento de mi vida y creo que ese momento ha llegado.
Una persona puede estar con mucha gente alrededor, pero mientras esté en su burbuja y se niegue a dejar que el umbral que él mismo pone, no podrá descubrir que en este mundo, no existe la soledad cuando tenemos amigos, amigos de verdad.
Esos amigos virtuales que acompañan sin estar, que hicieron de la soledad un aposento de dicha; muy confiado decidí volver y calentarme. Bien abrigados, salimos todos y fuimos a una pista sobre hielo. Todos comenzamos a agarrarnos de las manos e hicimos una gran ronda, hicimos de todo y solamente disfrute de ese momento único, tan maravilloso que me olvide del frasco (salí adelante no me rendí. Tuve un buen ejemplo y también tendré uno bueno para mis hijos, uno de perseverancia. Muchas veces uno decide renunciar a todo y tomar el camino fácil, pero al final dejamos de aprender de los errores que nos hacen ser mejores que antes). Resonaron en mi mente esas palabras que me dijeron una vez: "Oblicuamente, se me iban deslizando las palabras. Buscaba con la mirada algún gesto que denotara un atisbo de aprobación o mera atención. De a ratos todos hablaban al mismo tiempo, en una multiplicidad de monólogos simultáneos que terminaban siendo un barullo monocorde y en el que, de vez en cuando, resaltaba alguna que otra estridencia. Entonces cerré mis oídos y enmudecí." Me siento agradecida por haber estado en "ese lugar" al que ahora llamo "el frasco de la reflexión y la oportunidad." Gracias porque tuve un espacio de soledad en el cual me encontré conmigo mismo.
Ahora, sin lágrimas en los ojos, afuera del frasco y mirar todas las personas extraordinarias y hermosas que están a mi lado y que en realidad siempre han estado.
La soledad y su fría compañía fue lo que me mostró quienes somos realmente, ya que gracias a eso pudimos conocer a nuestros grandes amigos, aquí, sobre el hielo frío y quebradizo. Tenemos la confianza en que no se quebrará esto que tenemos, la confianza de los otros, de saber que conocimos a los adecuados por que nos conocemos a nosotros mismos.
Por mucho tiempo me he sentido en un frasco pero mi tapa si estaba cerrada, o eso creía. No era libre de elegir, me llevo varias vidas entenderlo. Trate de verlo de diferente manera ahora veo que esa tapadera son mi familia mi compañía y que muchas veces por mi seguridad y por amor han estado ahí a mi lado, ahora respiro decido de vez en cuando, sigo tomando dediciones siempre pensando el ellos pero ya no me sofocan los amo solo tengo que tenerles paciencia.
Ese mundo al cual tenía abandonado, recobrar en compañía esa delicia de compartir una taza de café, una bebida y esas largas horas que suelen esfumarse cuando se disfruta la compañía. Sí, tal vez suene simple, pero significa tanto. En un mundo cerrado, donde se puede salir (si encuentras la salida). ¿Por qué siempre tengo las mismas preguntas sin respuesta, y respuestas a preguntas que nunca nadie hará? Así, lamentablemente, así soy yo; humilde y rebuscado, vanidoso y simple, concreto y abstracto, clásico y vanguardia. ¿Así quién me comprenderá? Solo mis únicos amigos, mi mente y conciencia.
©Marcos A. Robledo2013
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