Denodar el alma
I
Estaban de vacaciones, todos
reunidos en su casa, es decir mamá, papá (muy a menudo se nos olvida el nombre
de nuestros padres por eso les decimos así. Además de ser una forma de
mostrarles nuestro afecto) Cris, Tiago y Teo, el menor. Entonces a Tiago, se le
ocurrió aprovechar que estaban todos reunidos y que jugaran algo juntos. A
Cris, la más grande, se le ocurrió que jugaran al “Truco”, que según dicen es
un juego Nacional. Teo no sabía jugar pero intentaron enseñarle pero igual no
entendió mucho. Así que le dijeron que jugase con su padre y Cris jugaría con
Tiago. El papá le iría preguntando las cartas que tenía y le iba a ir diciendo
cual debía jugar. Una vez armadas las
parejas, comenzaron a jugar. Teo notó que sus hermanos, Cris y Tiago, mentían
con respecto a las cartas que tenían en sus manos, (ya que en la escuela ya le
habían enseñado los números y a contar). Entonces, les dijo que eran unos
mentirosos porque decían que tenían algo y no era así. A lo que su papá le
dijo, que ese juego era así, que no debía ofenderse por eso. Para tratar de hacerlo
comprender la situación, el padre le dijo que le contaría una historia.
El padre comenzó: “Una vez un
niño y su abuelo del campo, fueron de visita a la casa del hermano del abuelo,
en la gran ciudad. Como ellos no sabían cómo llegar, llamaron por teléfono y le
dijeron que estaban en Sarmiento y Reconquista y le preguntaron hacia donde debían caminar, fue así que le
respondieron que estaban cerca, solo debían caminar seis cuadras más; tres
cuadras hasta llegar a Tucumán y de ahí dos hasta Florida y media cuadra para
su derecha. Haciendo el recorrido se desviaron unas cuadras porque el niño
quiso un alfajor y debieron ir hasta el único kiosco que habían visto en la
zona. Después de realizar la compra le preguntan al señor del kiosco como
llegar hasta Florida y Tucumán, lo que le respondió que le faltaba caminar una
cuadra a la izquierda. Cuando llegaron ahí estaban en Maipú. El niño dijo (al
igual que Teo) que el kiosquero era un mentiroso. El abuelo le explicó que sólo
fue una equivocación, lo hizo sin maldad, que no fue como la famosa fábula del
chivo y la zorra (se la recordó ya que le gustaba contar historias y para
comprendiera mejor la situación. Los hermanos cansados de escuchar siempre la
misma fábula una y otra y otra vez, hicieron caras, revolearon los ojos para
todos lados, bostezaron y se fueron diciendo que tenían hambre):
“Hizo amistad
el chivo con la zorra, y aquel, que era un poco tonto y lento para pensar,
admiraba mucho a su amiga. Caminaban juntos un día, cuando de pronto, sintiendo
sed, se acercaron a un pozo para beber. Pero el pozo era profundo y se vieron
obligados a bajar. Y sucedió que cuando ya apagada la sed se sintieron
satisfechos, hallaron que no era tan fácil salir de aquel pozo. Las paredes
eran lisas y resbalosas, y desde allí abajo veían muy lejos el borde. — No hay
que desesperarse — dijo la zorra —. Si apoyas las patas contra la pared, yo
subiré por sobre tu lomo, treparé luego por tus cuernos y alcanzaré la salida.
Una vez afuera, te ayudaré a salir.
El chivo se quedó pasmado ante la inteligencia
de su amiga y, sin pensarlo, hizo como aquélla le decía. Así la zorra trepó por
sus cuernos y desapareció, sin ocuparse más del pobre chivo. Todo cuanto hizo
fue volverse al oír las quejas para decirle:
— Si tuvieras tanto juicio
como barba, no te hubieras metido en el pozo antes de saber cómo saldrías de
él”.[1]
Le explicó la moraleja al niño y
le dijo que hay personas que obran de mala manera sin ninguna razón y premeditadamente.
En cambio hay otras que actúan de buena manera pero les salen mal las cosas; no
es que mientan ni que sean malas personas sino que tratan de ser buenos, aunque
a veces les salgan las cosas no como ellos quisieran. Otros, en cambio aparentan
ser de una forma, como en el caso de la zorra, y resultan ser de otra. Así fue
que el niño comprendió lo que el abuelo le quería decir (las fabulas siempre
vienen bien para explicar algo de una forma simplificada).
Con esto, el papá le preguntó a
Teo si entendió lo que le quería explicar, sino se lo volvería a explicar pero
con otras palabras que le resulten más fácil de entender, entonces comenzó:
hagamos de cuenta que yo no quiera ir al cumpleaños de la tía, no le diré mamá
que no quiero ir, en ese caso compro entradas en el teatro, para ese día y le
digo que vamos otro día a saludar a la tía, cuando este sola, más tranquila y
sin tanta gente. Es una mentirita que no tiene víctima y contenta a ambas
partes. Es muy común que las personas "mientan" sin ninguna víctima,
hacen una pequeña mentirita, la famosa llamada “mentira blanca”, es solo para
salir del aprieto o apuro. Pero como en el caso de la fábula, en la cual hay
una víctima, esa sí es una mentira que no se perdona porque siempre las
personas deben proceder con lealtad y más si te brindan ayuda y la otra persona
deposita toda la confianza en uno. Es asumir una actitud frente a la vida, es cumplir
con tu palabra.”
Por otra parte le comentó, sin
mencionar de donde provenía, para no influir en la religión (porque dejarían
que los niños decidieran adoptar la religión que más se adecue a ellos, cuando
sean grandes). Entonces comenzó así: “un "Gran libro", dice más o
menos así, “el que sea como un niño entrará en el cielo” (procedió a explicarle
lo que significaba), no significa que los grandes no estarán en el cielo, sino
que para pertenecer a éste hay comportarse como un niño, es decir, no con
actitudes de inmadurez, sino lo que pretende decir con esto es que hay que ser
inocente, transparente e ingenuo y actuar sin nada premeditado. Pertenecer a
ese mundo, el de la infancia, como cuando dicen que el sol tiene sueño y por
eso no está, o que llueve porque los ángeles están llorando y uno sin ponerlo
en tela de juicio les cree a los padres, siempre heredan los cielos. Con esto
quiero decir que en un juego donde nadie sale lastimado, en ningún sentido ni
moral ni físico, siempre defendiendo la verdad, como lo acabas de hacer. "Estoy
muy orgulloso" porque defendiste a todos de las injusticias que atosigan a
las personas y esa es la razón por la cual uno debe ser como un niño. Ojalá
nunca dejes de ser así como en este momento.”
En ese momento cayó una estrella
fugaz. El niño no entendió que quiso decir el padre pero algo quedó marcado a
fuego en su subconsciente.
II
Al correr el ciclo lectivo, es
decir las clases del colegio, Teo aprendió un nuevo concepto que utilizan los
grandes, conoce la mentira para "salvarse" o como los grandes la suelen
llamar “mentirita piadosa”, que sólo es para ganar más tiempo y lograr reponer
ese error. Por ejemplo como pasó con Tiago, una vez escondió el boletín porque
había desaprobado unas materias y no se lo quiso mostrar a sus padres por miedo
a que lo retasen y decía que aún no se lo habían entregado que estaba demorado.
Entonces esperó a que le tomen una prueba y sacarse una buena nota para
mostrárselas y anunciarles que le fue mal en el trimestre anterior. Así, el
reto sería menor ya que traía algo bueno y algo malo.
También incorporó, esta vez por
parte de Cris, un concepto que no entendió bien en ese momento: “el Soborno”. Para qué no le contase a
su madre que le había ido mal en una evaluación, ella le daría algo que desease
mucho a cambio de su silencio, ya que el día le entregaron esa nota, tendría
una fiesta a la cual no podía dejar de ir, ya que era de la chica más popular
de la escuela. De hecho porque él era niño y no comprendía la distinción entre
decir la verdad y ocultarla hasta el momento oportuno, se aprovecho de la
situación porque sabía que aceptaría porque lo beneficiaria tener algo que él
quería mucho, a cambio de “nada”, por así decir. Ni hablar de todas las cosas
que le dijo el padre, cuando se enteró de lo que había hecho con el pequeño,
para que él no se enterase de las malas notas. En palabras suaves, le dijo:
“Los niños son como hojas en blanco, depende de quien decida escribirla. Todo
lo escrito, ahí permanece por siempre y es inamovible. Eso define como será o
que valores tendrá en el futuro”. U otra forma de explicarlo, como les suele
gustar decir más a las personas grandes: “los niños son como una esponja
absorben todo, lo bueno y también lo malo”, esa fue la idea principal de lo que
le quiso decir a Cris y que lo tuviese bien en claro porque Teo es un alma
noble y no debe ser contaminar, ya que el mundo se encargará sólo de
realizarlo, es decir de curtirlo, ensuciarlo. Él esperaba que no proviniera de
una de las personas que más admira en su pequeño mundo, debería dar el ejemplo
por el simple hecho de ser su hermana mayor. (Le dijo todo esto, sin saber que Tiago
había hecho algo mucho peor en él. Pero de eso nunca se enteró porque Teo estaba
muy feliz con el juguete que recibió de parte de la hermana; quedó callado como
una tumba, abstraído de la realidad material, gracias a Dios nunca más se habló
nunca más del tema).
También descubrió por aquella
época, que cuando estaba cerca de la persona que le gustaba, como suelen decir
las personas “sentís mariposas en la panza”, él para sus adentros se lamentaba
por ellas que tan equivocadas estaban, porque se siente un “Tsunami” según él.
Lo que recuerda es que no sabe por qué motivo ni razón, en los momentos en que
esa persona está cerca o frente a uno, nunca se sabe que decir, o si lo tenías
planeado o escrito, termina diciendo algo totalmente diferente porque se está delante
de la persona querida, uno no sabe qué decir, se olvida de todo, empiezan a
mover los dedos (por suerte no usaba anillos), no sabe qué hacer con las manos,
en el peor de los casos empiezan a transpirarles.
Lo de Teo fue aún mucho peor, el
día en que se sentó al lado de ella en el colegio, sintió un revoltijo en el
estomago y debió vomitar, sin poder salir del aula, sólo alcanzó a llegar al
tacho de basura. Por suerte o gracias a Dios que estamos en el recreo y nadie
se enterará de lo ocurrido decía. Para él, era una vergüenza terrible lo
ocurrido, después no sabía cómo acercarse a ella, era muy tímido para
interactuar con la gente, más aún con el sexo opuesto, es mas apenas estaba
descubriendo que le atraían las que antes pensaba que eran feas, tontas o que
tenían bichos o todas clase de cosas que se suele decir cuando se es niño, por
ejemplo que los varones eran mejores que ellas, más valientes, más fuertes y
siempre que competían hombres contra
mujeres para demostrarles su hombría y que son mejores. Con lo cual esta
situación lo descolocó, porque le ocurrió algo nuevo que jamás había sentido
por nadie, gracias a ella y a esa sensación tan extraña que jamás en su vida
olvidará.
Situaciones nuevas provenientes
del mundo hostil, lo acechaban. Lo iban marcando como persona, iba
distinguiendo entre bueno y malo… dije ¿malo? Si, es así no conocía la maldad,
ni otra verdad que no sea la de los padres; creía que Papá Noel no le traería
regalos en navidad, salvo un pedazo de carbón si se portaba mal; cuando se iba
el sol no sabía que había hecho mal, cuando llovía pensaba que era porque
lloraban los angelitos; pensaba que la gente buena merece el cielo y la mala el
infierno; que la gente mayor es más sabia, porque tienen más experiencia (en
este punto estoy a favor, que tengan más experiencia es verdad, lo otro es tan
relativo como decir que Dios existe o no) Como decía el padre, era una almita
tan vulnerable e inocente que daba lástima ver como se iba transformando, pero
así es el proceso evolutivo, se aprende “a los golpes”.
Asimismo descubrió que el amor
es prueba y error hasta encontrar a su otra mitad, su compañera de ruta, su
alma gemela. A pesar del inconveniente surgido en el colegio, por desgracia
supo que ella no era la indicada, como lo supo, fácil. Siendo tan tímido como
lo caracterizaba, le escribió una notita tan infantil que solo decía “¿Querés
ser mi novia?” Pero ella pensó que la escribió un chico que también gustaba de
ella, además era un amigo de Teo, por lo cual dudaba que fuese suya y no le dio
importancia. Él no tuvo más chance que resignarse a ella porque se dio cuenta
que pensaba en el otro chico nomás. Como todos lo atravesamos, ésta vez le tocó
a Teo conocer “el amor frustrado”. Gracias a sus padres comprendió que nadie
muere de amor, como le solían decir, el mundo está lleno de chicas, aunque en
ese momento uno quiere nomás estar con esa persona, ni le importan las demás, por
algo eligió a ella en ese momento (pero eso es otra historia). Me pareció
interesante contarlo ya que es algo que marca mucho la vida de las personas, el
mal llamado primer amor (pocas personas logran conseguirlo, para todos los
demás es más bien un desamor).
Sin saberlo el mundo (que
consideraba mundo Teo), va a darse cuenta que apenas es una insignificante partícula,
las personas y vivencias que conoció y obtuvo hasta el momento al lado de todas
las que le tocará vivir. El mundo material está limitado por lo que podemos ver
y tocar, así se suele decir. Pero el mundo, por así decirle, al universo de los
sentimientos, al de la mente, uno no puede alcanzarlo fácilmente. Nadie es
capaz de percibir ni sentir lo mismo a otro, las vivencias son diferentes, la
situación socio- económica, los estratos sociales, las historias de vida, la
composición familiar, etc. Con el paso del tiempo logrará ir perfeccionando o
mejor dicho, teniendo otra visión del mundo, a la que puede tener un niño con
su corta edad y sin saber que hay más cosas, más historias fuera de su casa y
de su conjunto familiar. A pesar que estos son los que les brindan las
herramientas para saber desenvolverse y ser afectado, en menor medida, ya que
es muy sensible y susceptible a lo que le puedan llegar a decir. Pero ese es el
proceso madurativo que lleva cada persona en su interior, si bien pueden
aconsejarlo y hablarle, sólo ella sabe lo que pasa dentro de su corazoncito... (continuará)
Comentarios
Publicar un comentario